jueves, 12 de abril de 2012

Convergencia mediática en la Primavera Árabe

La convergencia mediática encierra una amplia dimensión en su propio concepto, que incluye tecnología y modo de participación de los medios disponibles a un número creciente de usuarios, y una voluntad y capacidad de interferencia y participación de tales usuarios que permita trastornar la visión tradicional del flujo de información. Éste ya no es exclusivamente unidireccional, sino que los lectores pueden participar de la realidad con su propia versión de los hechos; la realidad de los emisores ya no es incuestionable, sino que cada receptor es capaz de contrastar los enunciados difundidos hasta el punto de convertirse en un emisor autónomo, en un punto de partida de la información en sí mismo.


Es evidentemente relevante en este sentido el papel que las redes sociales cumplieron en las revueltas de los países de cultura islámica, más conocida como "Primavera árabe", entre comienzos y mediados del pasado año. Nos atañe especialmente en el contexto de este blog, y en la influencia que este sistema de conectividad entre individuos antes aislados impactó en la propia protesta española.


Estas redes sociales adquirieron tal relevancia que empezó a despertar la atención de los medios y la preocupación de los dirigentes políticos y económicos. La penetración de Internet en el norte de África y Oriente Medio es mucho menor de aquella de la que gozamos en Europa; sin embargo, fue suficiente para que las convocatorias de las manifestaciones pacíficas que se vivieron en estas regiones fueran todo un éxito.


Twitter y Facebook fueron principalmente los medios empleados para tan innovadora labor. Dos redes sociales que nacieron para poner en contacto grupos de amigos y conocidos se convirtieron de la noche a la mañana en nexos, en lazos tendidos entre desconocidos que tenían un objetivo en común. Unos y otros se informaban recíprocamente, completando la información global a modo de puzzle; cada cual aportaba un dato, una experiencia, una llamada, que finalmente conformaron todo un conjunto de realidad social y de denuncia.


En efecto, Facebook no parecía en principio una herramienta capaz de sembrar la semilla de la libertad de la forma en que la hizo. Una web que publicación de textos y fotos con centenares de aplicaciones de todos los tipos acabó albergando un gran número de protestas colectivas, y la posibilidad de enviar eventos a los contactos y que estos, a su vez, pudieran continuar difundiendo el mensaje, contribuyó de forma significativa al fin con que los manifestantes la utilizaban. Y Twitter, con una trayectoria que comenzó mucho más recientemente, se convirtió en un auténtico bombardeo de pequeños mensajes abiertos al público, mucho más accesible, puesto que la dependencia de una cuenta propia en la red social era mucho más ligera. Según  el diario The New York Times, los manifestantes lanzaban "tweets" frente a las balas.


Sólo de esta forma, y quizá por primera vez, se consiguió de forma definitiva expulsar un poder político apalancado en el gobierno desde hacía varias décadas. Diez, veinte, treinta años de dictadura, ignorada por el interés de las potencias occidentales, se precipitaron una tras otra con la única fuerza de la unión ciudadana. Los instrumentos represores podían emplear sus ejércitos, silenciar las reuniones, mantener a raya a los medios de comunicación y controlar secretamente a los líderes acusados de subversivos; pero captar a cada uno de los ciudadanos anónimos que hablaban a través de Internet y difundían una realidad tapada durante tanto tiempo escapaba por completo a las capacidades de los regímenes, y desbordaron la paciencia de sus jefes.


Durante unos meses, Internet, también y quizá sobre todo a través de los dispositivos móviles, se convirtió en el gran protagonista, en el canal por el que los ciudadanos se erigían como auténticos emisores de una realidad camuflada y maquillada que los medios ya no se atrevían a mostrar.


Convergencia mediática: Publicidad en el Metro de Madrid

Con motivo de la reciente subida de tarifas del Metro de Madrid, la mayor durante los diez años de mandato de Esperanza Aguirre y del tema de este segundo post, la convergencia mediática (explicado por Gabriela en el post anterior) quiero recordar la polémica suscitada por la campaña publicitaria llevada a cabo por el suburbano madrileño a comienzos de año. Ésta, encabezada por el eslogan Más por menos, comparaba la relación calidad-precio del Metro de Madrid con el de otras capitales mundiales como París, Nueva York, Berlín o Londres, colocando a la capital española en primera posición.


Dichos carteles irritaron a numerosos ciudadanos de modo que empezaron a aparecer en ellos pintadas que acusaban a la publicidad de “engañosa”, destacando las que mostraban la comparativa del salario mínimo interprofesional de las diferentes ciudades dejando a Madrid por debajo del resto.



Fotos: El País

Las Asociaciones Vecinales de Madrid utilizaron además pegatinas que parodiaban dicho cartel con el lema Más paro, menos salario y el subtítulo "No encontrarás otro lugar en el mundo en el que te tomen tanto por tonto” (el original decía “No encontrarás otro Metro en el Mundo que te ofrezca tanto por tan poco”).

Foto: Santi Burgos

Las pintadas corrieron a gran velocidad por las redes sociales, logrando que las críticas llegaran a los medios de comunicación, que empezaron a cuestionar la veracidad de los datos expuestos en la publicidad, a dedicar artículos a las anteriores subidas de tarifas de del metro de Madrid o colocarlo entre los más caros de España. Es probable que sin la intervención ciudadana los periódicos y televisones no se hubiesen hecho eco de la publicidad.


La plataforma de ciberactivismo Actuable pedía la retirada de la publicidad por considerarla una “falta de información interesada”. Denunciaba, entre otros aspectos, la comparación en el anuncio de un billete sencillo del Metro de Madrid con uno diario del londinense o el hecho de que el suburbano madrileño posea la tarifa más cara en relación con el nivel de vida. La iniciativa logró recoger cerca de 25.000 firmas y aparecer en diferentes medios de comunicación como El País o La Vanguardia.

Anuncio alterado por la plataforma Actuable
 
Este es un claro ejemplo de cómo los destinatarios de la publicidad se convierten en fuentes de información (o contrainformación) que generan material para los medios de comunicación que, a su vez, amplifican el mensaje. Cambia de este modo el sentido lógico de la información entre las industrias mediáticas y sus consumidores generando la nueva forma de consumir los medios de comunicación explicada por Henry Jerkings.

La tecnología entra en juego con los teléfonos móviles que permiten a los viajeros tomar fotos de los anuncios “manipulados” y subirlo directamente a las redes sociales, dónde son comentados y compartidos por otros internautas, extendiendo así la denuncia (cultura participativa).

Estas pintadas y críticas publicadas en Internet ponen de manifiesto la inteligencia colectiva (Pierre Lévy) que, juntando datos ofrecidos por diferentes sujetos del público, pone contra las cuerdas al poder mediático.

CONVERGENCIA MEDIÁTICA: LOS MOVILES EN LA UNIVERSIDAD

Según Jenkings, la cultura de la convergencia representa un cambio en nuestros modos de pensar sobre nuestras relaciones con los medios. Estamos efectuando este cambio en primer lugar mediante nuestras relaciones con la cultura popular, pero que las destrezas que adquirimos mediante el juego pueden tener implicaciones en nuestra manera de aprender, trabajar, participar en el proceso político y conectarnos con otras personas de todo el mundo.

Mi ejemplo sobre la convergencia mediática es el uso del móvil en la Universidad. Para ello me quedo con la última frase de Jenkings “conectarnos con otras personas de todo el mundo”.

Hoy en día, ¿quien no tiene un Smartphone? Lo usamos prácticamente para todo. Nos conectamos con personas de todo el mundo y podemos interactuar con ellas a cualquier hora del día. Pero centrémonos en la Universidad. El móvil nos ayuda a encontrar toda información necesaria en un instante. Antiguamente teníamos que esperar a llegar a casa después de clase para buscar en enciclopedias, libros, o en internet la información que necesitamos. Ya no. Ahora puedes buscarlo a través del navegador de tu móvil en unos pequeños pasos. El móvil nos permite a la vez almacenar archivos, como pueden ser apuntes de clase o archivos que nos proporcionan los profesores a través del campus virtual y podemos acceder a ellos desde clase.

El cambio tecnológico en el consumo de los medios de comunicación se ve reflejado en el uso de estos móviles. Existen aplicaciones de periódicos, blogs, etc, que nos permiten acceder a ellos con solo un “clic” y estar informados de lo que está pasando en el mundo. Es otra manera de usar los medios de comunicación. Hay quien prefiere bajarse al kiosko de al lado de casa y comprar el periódico en papel. Pero lo que quiero decir es que la convergencia mediática nos facilita mEnlaceucho las cosas a las nuevas juventudes. Somos más rápidos. Este cambio actual permite que los jóvenes podamos experimentar la recepción de varios medios al mismo tiempo.

En este vídeo tenemos un ejemplo de una estudiante que está haciendo un máster y el móvil es una de sus herramientas más importantes.